Panamá la bella

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CPANAMA
Abundancia de peces y mariposas, una expresión que sintetiza su nombre y, sin embargo, nadie la identificaría de esa forma. La ciudad de los rascacielos de América Latina y el Caribe, con edificios de 200 y 300 metros de altura, salpicada por el Pacífico y corazón de uno de los corredores marítimos más importantes del mundo.

Ni más ni menos, Ciudad Panamá, la urbe del famoso canal interoceánico, núcleo por excelencia de servicios, eventos y compras, con el Hub de las Américas en el renovado aeropuerto de Tocúmen y un salto de canguro hacia el desarrollo.

Fundada el 15 de agosto de 1519 con el nombre de Nuestra Señora de la Asunción de Panamá, debe su nombre, según el conquistador español Pascual de Andagoya, a la derivación que le dieron los indios Cueva de la región del Darién.

Nada de esto explicaría como un país pequeño, sin grandes recursos naturales, se ha convertido en una de las joyas de las Américas, a una velocidad impresionante. De apariencia displicente, con gente muy amistosa e informal en el sentido más amplio y diverso del vocablo, se empina sin dudas hacia el firmamento.
CASCOA
Un amigo de orígenes caribeños la compara con un pueblo imaginario de su isla, o cuando mejor señala que se trata del Macondo de Centroamérica. Sammy EJF es bastante sardónico en sus comentarios, aunque en el fondo sospecho que adora a su ciudad de adopción.

Los viernes en la noche con la compañía de un Seco Herrerano, un ron Abuelo y anaqueles de cervezas de las más variadas marcas, otros rones y un prontuario de bebidas con excelente música de fondo, se pasa bien en Ciudad Panamá. La gente es alegre y jocosa.

Pero hay diversión más allá del alcohol. Su principal virtud apunta hacia una relativa seguridad y armonía dentro del desorden atemperado.

-RAICES E HISTORIA-

Los defectos comienzan y terminan por la búsqueda de identidad de un pueblo que quizás por el sortilegio de andar en el medio de todo, con una envidiable ubicación geográfica, estuvo demasiado tiempo a expensas de la influencia foránea.

Su andadura arrancó con la fundación de la urbe el 15 de agosto de 1519 por Pedro Arias Dávila, designado Gobernador de Castilla del Oro, que comprendía entonces los actuales territorios de Panamá, Nicaragua, Costa Rica y el norte de Colombia.

Desde siempre Panamá quedó asociada al comercio, incluso cuando fue reconstruida en 1673 por Antonio Fernández de Córdoba en el espacio que ahora ocupa el casco antiguo de la ciudad, Patrimonio Mundial de la Humanidad desde 1997.

El privilegio de su geografía y tamaño no siempre jugaron a su favor. Hasta principios del siglo XX fue una provincia de Colombia y cuando el Gobierno de Bogotá se negó a aceptar la propuesta de Estados Unidos de levantar el canal, el presidente Theodore Roosvelt se las ingenió para lograr su independencia en 1903 con un levantamiento militar.
CANALP
Imprescindible en su vida y accionar, el Canal de Panamá, bastante cerca de la capital, fue el pretexto que permitió a Estados Unidos ejercer un dominio casi absoluto sobre el Istmo hasta el 31 de diciembre de 1999, cuando le devolvió la soberanía y retiró a su enorme dispositivo militar.

-EL CANAL, LOS DIABLOS ROJOS-

En Panamá bastan algunos minutos para que desaparezca el sol y se forme una tormenta de aires voraces e imponentes. Y efectivamente llueve copiosamente y las gotas se antojan demoledoras. Pero al rato escampa, reaparecen los rayos solares y queda la impresión de que nunca existió el aguacero.

Si no fuera por eso, no tendríamos canal, señala uno de los muy conversadores taxistas panameños para convencerme de la relevancia de las lluvias.

Sin el canal, ciertamente, el país sería otra cosa y la capital también. Fue inaugurado el 15 de agosto de 1914 después de una historia de amores y despechos que envolvió fatídicamente al francés Ferdinand de Lesseps y salpicó negativamente a Gustave Eiffel, padre de la Torre Eiffel y de otras obras trascendentales para la humanidad.

Vía de tránsito por excelencia de los océanos Pacífico y Atlántico, es una de las dos grandes fuentes de riqueza de Panamá. La otra, posiblemente, la Zona Libre de Colón, la segunda mayor del mundo después de Hong Kong, aunque en los últimos años el flujo de pasajeros de tránsito aumentó sustancialmente, así como el turismo de compras.

En la urbe han aumentado los extranjeros residentes, principalmente colombianos (más de 100 mil), estadounidenses (26,000), canadienses (25,000), judíos (17,000) y una notable comunidad asiática y de otros países latinoamericanos.

No pocos analistas atribuyen la bonanza económica, sobre todo en el terreno inmobiliario, al blanqueo de capitales y tráfico de drogas.
DIABLOS
Durante mucho tiempo los Diablos Rojos se convirtieron en la solución y el infierno del transporte público en Ciudad Panamá. En el ciberespacio encontré una definición, con mordaz humor negro, bastante cercana a la realidad:

-Bus panameño que viaja a grandes velocidades y no se detiene hasta estrellarse, generalmente haciendo carreras con otro en medio de la ciudad-

Entraron en desuso, aunque algunos se mueven casi en la ilegalidad, partir de la modernización del transporte público y la puesta en marcha del Metro de Panamá.
CINTACOS
Ciudad musical presta siempre a las celebraciones, con tamborito, bunde, mejorana, cumbia panameña, bullerengue, salsa y calypso, llena de comercios, está bordeada por la Avenida Balboa, balcón del océano Pacífico, ampliado con la monumental Cinta Costera que añade 26 hectáreas a la urbe con numerosas atracciones.

Panamá la Vieja (ruinas donde estuvo ubicada la ciudad desde su fundación en 1519); el Causeway o Calzada de Amador (vía construida sobre el mar para unir las islas Naos, Flamenco y Perico); el Casco Antiguo; el Puente de las Américas y, por supuesto, el Canal, completan este vistazo a la capital del Istmo con sus 880,691 habitantes.

10 comentarios en “Panamá la bella

  1. Te la comiste. Nada que añadir. Excelente artículo que no deja nada por fuera en lo referente a la capital, incluyendo a Sammy EJF, que pienso igual que tú, que en el fondo la ama aunque no lo diga.

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  2. Con la fuerza de un pueblo trabajador como lo somos los panameños podremos salir adelante, de la mano de la cultura y educación! Gracias por esta bella descripción de mi país.

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