Está de homenajes, reverdecido, con esa prosa poética que hilvana hermosas canciones y la palabra cautivadora que transmite desde la escena, para impedir que ni por un instante pensemos en movernos de la butaca. Joan Manuel Serrat cumplirá 71 años el 27 de diciembre de 2014 listo para seguir en escena “hasta que encuentre algo más divertido que hacer”.

Lo dice cuando prepara una gira de más de 100 conciertos en Latinoamérica en 2015, para luego reconocer que su esposa tiene muchos deseos de que se jubile. Y como pronto cumplirá 50 años de carrera artística, pues no se lo va a perder escondido. ¡No faltaba más!

Cuenta que en la mañana del 18 de febrero de 1965.en uno de los espacios más populares de la radio catalana, Ràdioscope, su creador, Salvador Escamilla, se atrevió a presentar a un joven del Poble Sec barcelonés que había escrito algunas canciones en catalán. Así comenzaba la historia del pentagrama de Joan Manuel Serrat.

El descanso ha sido un lujo excepcional. Ahora Serrat reúne en su nuevo trabajo a 31 voces que lo acompañan al micrófono.

Pablo Alborán, Lolita o Les Luthiers; Jarabe de Palo, Jorge Drexler, Debi Nova, Natalia Jiménez, Joaquín Sabina, Niña Pastori, Juanes, Calle 13; Miguel Bosé, India Martínez, Diego Torres, Tania Libertad, Rubén Blades y Lila Downs (…).

Tratar de estar de moda es llegar tarde, una de sus frases favoritas del momento cuando se dispone a recibir un homenaje en víspera de la 15 entrega anual de los Grammy Latinos.

La gala a la Persona del Año, en Las Vegas, rendirá tributo el cantautor que hizo emocionar a varias generaciones con clásicos como Aquellas pequeñas cosas, Mediterráneo, Penélope y Tu nombre me sabe a yerba.

Para ser de nuevo este Serrat que se parece a Tarrés, como su disco, grabó sus 50 temas favoritos que denomina en el nuevo album como Antología desordenada. Pero ya sabemos que no nos va a decepcionar.

-QUERIDO SERRAT-

Sería muy extraño que este amigo cercano, entrañable, querido e imperecedero, como lo apreciamos sus admiradores, se saltara sus temas más emblemáticos.

En Chile, Argentina, Colombia, México, Venezuela, Perú, Cuba, Uruguay, en fin, en América Latina y naturalmente España, Serrat es de todos, el de siempre. Caminante no hay camino…nos permite visualizar mejor a Antonio Machado…o con Miguel Hernández y su sentida Para la libertad; No hago otra cosa que pensar en ti; …Hoy puede ser un gran día.

A ratos nos hace pasar algún susto, como aquel cuando tuvo que ser operado en Barcelona para extraerle un nódulo de un pulmón tras la detección precoz de cáncer. Luchador incansable por la vida, viejo sabio, encantador de almas.

Tuve el privilegio de asistir a uno de sus recitales inolvidables en La Habana en 2001. Escribí entonces una reseña que como los vinos nunca pasan de moda.

Tarrés no sabría decirlo bien y terminaría confundido si trata de encasillar a Serrat.

Mago astuto de la escena, catador de lo mejor del pentagrama, fiel a su prédica, impecable en captar las mieles más exquisitas que lindan con la poesía.

Joan Manuel Serrat es capaz todavía de convocar grandes auditorios y rendirlos con el poder intrínseco de la palabra y el amor. Tarrés-Serrat, Cansiones” no fue su mejor disco, pero una demostración inolvidable de respeto y amor por esta Latinoamérica que lo venera.

Catalán, irreverente, podría decir al mundo hispanoparlante: muchos de vosotros se enamoraron con mis canciones. Y aunque lo sabe muy bien, prefiere seguir en su eterno rejuego de sortilegios con nosotros mismos, con él y con su otro yo. “Ese tal Tarrés que no me cabe en la piel, y saca a mi animal de parranda con él”.

Para convencernos de su historia, nos relata en el disco: “todos tenemos un doble que vive en las antípodas, pero encontrarlo es muy difícil, porque los dobles tienden siempre a efectuar el movimiento contrario”.

Entre la canción comprometida y los temas del amor, y su determinación de no abandonar nunca el catalán como idioma alternativo, impacta en España y en el universo con Paraules de amor, en 1967, para luego dar continuidad a una prolífica carrera como autor e intérprete de piezas antológicas.

Poco antes de que den las 10; Señora, Fiesta,; Esos locos bajitos, De vez en cuando la vida; Sinceramente tuyo; El sur también existe (con textos de Mario Benedetti), Material sensible, Utopía (…)

-LATINOAMERICA-

Serrat del nuevo milenio es el mismo que debió radicarse en el exilio tres años y fue proscrito por la dictadora de Pinochet en Chile. Un rebelde que ya siendo abuelo, se permite todas las licencias tolerables.

Homenaje a la música latinoamericana. A Violeta Parra, Juan Luis Guerra, Cecilia Todd, Daniel Samper, Tania Libertad, Carlos Mejía Godoy, Daniel Viglietti y Augusto Enríquez (…).

Serían sorpresas si no se escucharan tan audibles los aires del tango, vallenato, danzón, conga carnaval, folclor suramericano y clásicos del cancionero latinoamericano. Soy lo prohibido, De un mundo raro, nada menos que quitándose el sombrero ante Roberto Cantoral y José Alfredo Jiménez.

Como Pablo Milanés cuando cumplió su promesa-canción de volver a pisar las calles de Santiago, Serrat cuenta entre sus mayores satisfacciones el regreso a Chile.

Sacudiéndose del antaño veto de Pinochet y ante un público fascinado, interpretó “17 años”, de Violeta Parra, precisamente el tiempo que estuvo ausente de tierras chilenas.

-AUTOR IMPRESCINDIBLE-

No pierde oportunidad para subrayar sus ideas de paz y amor, antes, luego y por siempre. Quizá por esa razón y por muchas otras causas nobles intrínsecas en la personalidad de Serrat, los melómanos extraen de los “baúles imprescindibles” sus tesoros.

Mediterráneo, para muchos su disco más acabado, letra y música de su inspiración, salvo una, refrescan la máxima de que los virtuosos nacen un día y se quedan siempre.

Pocos podrán sentirse ajenos a piezas tan exquisitas como Aquellas pequeñas cosas, La mujer que yo quiero, Pueblo blanco, Tío Alberto, Que va a ser de ti, Lucía, Vagabundear y Vencidos.

Pero, por supuesto, Mediterráneo es su himno emblemático, de amor al mar y los pueblos que une. A esa suerte de “caminante no hay camino, se hace camino al andar”, refrescando a Machado; que recorre la espléndida Barcelona, contempla su bahía y recrea su vista en las excelencias de Gaudí.

Por todo esto y mucho más, nos alegra que exista Tarrés, para que nos haga ver más nítida la trayectoria de Serrat y sus apegos con esos detalles mínimos que engrandecen la vida.

Ya se lo dijeron ambos, de ambos…

Tarrés está siempre del otro lado. Sea cual sea el lado en que Serrat se encuentre.