Gauguin, Van Gogh y la oreja

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Autoportrait de Paul Gauguin

Paul Gauguin

París.- Fueron amigos hasta el capítulo de la oreja cercenada. Se le atribuía el hecho a los constantes desvaríos de Vincent Van Gogh  y pocos tomaban la referencia indispensable de su relación con Gauguin.

Como el mercantilismo no reconoce fronteras ni ética alguna, un grupo musical español decidió valerse del nombre y la anécdota en pleno siglo XXI, sin que tuviese nada que ver con la pintura y mucho menos con el extraordinario maestro holandés. Así, la oreja de Van Gogh adquirió cierta popularidad, no tanta como la que mereciera el artista plástico.

Eugene Henri Paul Gauguin fue un aventurero de vida díscola e inestable, pero se convirtió en un genio de la pintura que hizo amistad profunda con Van Gogh hasta que le cortó la oreja.

Todo por una riña a partir del hecho de que Van Gogh pretendía que Gauguin no se marchara a París, en un momento en que ambos parecían entenderse y se inspiraban en el océano creativo de los genios de la plástica.

Nacido en París en 1848, Gauguin es considerado uno de los maestros franceses del posimpresionismo y entre las curiosidades de su vida están sus nexos familiares con España, América del Sur (Colombia principalmente) y Panamá.

Hasta ahora los biógrafos afirmaban que el corte de la oreja del pintor holandés, que pasó gran parte de su vida en territorio francés, fue una automutilación en uno de sus habituales arranques de locura.

Lo cierto es que ninguno de los dos pudo disfrutar del éxito y el reconocimiento, salvo en momentos bastante fugaces. Van Gogh, oriundo de Groot-Zundert, Países Bajos, vendió un solo cuadro en su carrera, gracias a la promoción de la esposa de su hermano Theo.

El holandés asentado en Francia, produjo alrededor de 900 pinturas y mil 600 dibujos, fue figura cumbre del posimpresionismo, el expresionismo y el fauvismo, reputado autor de Los Girasoles y autorretratos. Falleció a los 37 años de edad.

“Yo arriesgué mi vida por mi trabajo, y mi razón siempre fue menoscabada”, rezaba en una carta que se le encontró luego de pegarse un tiro en el pecho.

La Casa-Museo de Van Gogh en la Ciudad Luz es una demostración gráfica y hasta triste de su propia existencia. Cuesta imaginar que tanta genialidad sucumbiera en un espacio lúgubre, plúmbeo y ausente de la más mínima señal de grandeza.

Gauguin, con aportes al uso del color en el fauvismo (estilo cumbre de Matisse), navegó a ratos con algo más de suerte. Murió a los 45 años en Atuona, Islas Marquesas (Polinesia) después de pintar su obra testamento “¿De donde venimos? ¿Qué somos? ¿Adónde vamos?”.

Un libro recién salido al mercado y bajo la firma de los académicos alemanes Hans Kaufmann y Rita Wildegans con el título de En la oreja de Van Gogh: Paul Gauguin y el pacto del silencio, es el producto de 10 años de investigación.
Según los autores, luego de examinar al detalle los testimonios de los presentes y la correspondencia de ambos artistas, parece evidente que la pelea terminó cuando Gauguin, considerado un maestro de la esgrima, cortó la oreja de su amigo.
Existió un pacto secreto para evitar que Gauguin fuera a prisión y no quedó claro si se trató de un accidente o el hecho ocurrió dentro de la encendida disputa ante la decisión del artista francés de marcharse a París.

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